Al ser descubierta se la trae al pueblo a la Ermita de Nuestra Señora de la Merced, bautizándola con este nombre porque durante el tiempo que estuvo en el pueblo, éste se vio favorecido y protegido por ella.
La capilla en sí, es una construcción que data del siglo XV, aunque fue reconstruida posteriormente.
Es de forma rectangular y de una sola planta, en su alzado nos encontramos con cuatro pechinas, en las que están representados los cuatro evangelistas, dando paso a una bóveda circular.
La cúpula es una pintura en la que se exalta la coronación de la Virgen, donde en un rompimiento de la bóveda en que figura el cielo aparece la Virgen en el centro, a la izquierda Jesús y a la derecha el Padre Eterno.
El retablo de estilo barroco, con influencia renacentista, se nos presenta en su parte inferior con un friso, que empieza a marcar el centro del altar.