En el Popol Vuh se encuentran referencias a los diferentes significados que tuvieron los insectos para los mayas.
Entre las antiguas historias que se relatan las hormigas, por ejemplo, eran actores principales, cuyas intervenciones definían el desenlace del transcurrir de los dioses y los hombres:[1]
En diversas culturas mesoamericanas los insectos siempre se consideraron alimento, incluso delicia y formaron parte significativa de los tributos que los pueblos sojuzgados pagaban a los dominadores.
[9] Así mismo, existen alrededor de 3,000 grupos étnicos en todo el mundo que practican la entomofagia.
Sobre el tema Julieta Ramos-Elorduy y Blásquez (principal pionera en los estudios de los insectos como alimento en México) menciona:[18] Algunos de los insectos comestibles pueden ser consumidos en su forma natural (cruda o viva) ya que tienen un sabor agradable, sin embargo se recomienda cocinarlos puesto que son más deliciosos y pueden apreciarse mejor sus sabores.
En las grandes ciudades estos organismos se ofrecen en ocasiones, a precios altos tanto en restaurantes de alta cocina, como en puestos ambulantes y mercados locales.
Las especies de este orden se les conoce comúnmente como chinches, saltahojas, cigarras y pulgones, principalmente.
Las especies de este orden se les conoce comúnmente como orugas, mariposas y polillas, principalmente.