Se llama Entomofagia (del griego ἔντομος [éntomos], ‘insecto’, y φᾰγεῖν [făguein], ‘comer’) a la ingesta de insectos como alimento para los humanos, un hábito alimenticio muy extendido en algunas culturas de África, Asia, América y Oceanía; No obstante, en algunas otras es muy poco común o es considerado un tabú.Chefs innovadores los han incorporado en platillos gourmet, destacando su sabor y textura única.Si bien algunas personas sienten rechazo hacia la idea de comer insectos, la tendencia está cambiando, y cada vez más productos elaborados con harina de insectos o snacks crujientes se están introduciendo en el mercado global.En México, se comen orugas de 67 especies de las siguientes familias: Arctiidae, Bombycidae, Castniidae, Cossidae, Geometridae, Hepialidae, Hesperiidae, Lasiocampidae, Noctuidae, Nymphalidae, Papilionidae, Pieridae, Pyralidae, Saturniidae, Sesiidae y Sphingidae.[2] En China, los insectos comestibles más numerosos son las orugas de 70 especies, pertenecientes a las siguientes familias: Bombycidae, Crambidae, Hepialidae, Lasiocampidae, y Pyralidae.[7] Las concentraciones de proteínas pueden crecer una vez que el insecto se haya preservado seco pudiendo llegar a un 60%.[8] Además los insectos pueden aportar a la dieta humana minerales, vitaminas y grasas.[9] En síntesis, los insectos comestibles contienen proteínas, vitaminas y aminoácidos de alta calidad para los humanos.[16] Sin embargo, estas cifras siguen aumentando a medida que se llevan a cabo más estudios sobre esta cuestión ya que nuevas especies se van descubriendo y las investigaciones en etnología ofrecen cada vez nuevos descubrimientos acerca de como se alimentan algunas razas y pueblos de la tierra.[14] Las culturas culinarias sobre la tierra consumen sobre todo: larvas, saltamontes, grillos, arañas (los arácnidos no son insectos pero a veces se los incluye en la entomofagia), etc.Las cocinas asiáticas han sido de forma tradicional, lo son en la actualidad, las que más insectos consumen del mundo.[17] En el Sudeste asiático, se continúan consumiendo tanto las chinches acuáticas gigantes (Lethocerus grandis),[18] como los gorgojos rojos de las palmeras o picudos rojos de las palmeras (Rhynchophorus ferrugineus) como snacks populares.En Indonesia suelen encontrarse muchos platos, una de las especialidades más apreciadas en este país es la libélula.En el noroeste de la India (en Mizoram) se come el Thangnang (Udonga montana) un insecto hemíptero que tiene brotes de población periódicos, y tiene usos no solo gastronómicos y alimenticios, sino también, medicinales.La langosta tiene un papel muy importante en África, en particular la langosta de desierto (Schistocerca gregaria), las hembras son muy apreciadas ya que portan huevos y su contenido graso es mayor que el de los machos.[4][30] Los estados en los que se consumen más insectos son Michoacán, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Veracruz, Chiapas, Ciudad de México y Querétaro.[34] En Ecuador y Perú, las larvas del gorgojo cigarrón o picudo negro (Rhynchophorus palmarum), conocidas como chontacuro o suri, se consumen preparados de diversas maneras: tostados, fritos o en brochetas,[35] también es una fuente excelente de proteínas, vitaminas A y E y minerales, por lo que ha sido consumida por siglos como alimentos por las poblaciones nativas de la selva amazónica.[36][37][38][39] En Europa se sabe que los romanos y los griegos tenían costumbres entomofágicas,[40] e incluso Aristóteles hace mención del uso culinario de las cigarras.Las arañas asadas tienen la piel abierta y están en su punto para succionar el sabroso abdomen, cuyo sabor recuerda al camarón o a la mantequilla de cacahuate, según las versiones.Food and Drug Administration) (última revisión, en 1998):[45] [45] Véase la fuente de información para otros productos alimenticios.Existen empresas que se dedican a envasado de los insectos, algunas de ellas en Japón y Corea del Sur y que se comercializan a precios relativamente altos,[19] por ejemplo, en este último país puede encontrarse el Beondegi enlatado o en frascos.Los gusanos nematodos que viven dentro de los insectos como parásitos también son considerados entomófagos.Algunas bacterias y hongos que también crecen dentro de o sobre los insectos también están en esta categoría, aunque tal vez es más apropiado considerarlos como entomopatógenos.