Dispepsia

[2]​[3]​[4]​[5]​[6]​[7]​ No obstante, una revisión sistemática con metaanálisis de 2018 demuestra que en la dispepsia funcional existe una micro-inflamación en el estómago y el duodeno (primera porción del intestino delgado).

[10]​[9]​ Se clasifica en tres tipos:[5]​ La dispepsia afecta a una de cada cinco personas en el mundo –21 %–.

[4]​[7]​[12]​ Sin embargo, esta cifra diverge entre países y por la definición utilizada, así, en México la dispepsia no investigada varía entre un 7 a un 68 % de la población (12 % en el estudio más grande).

En alrededor del 50 al 70 % de los pacientes con dispepsia no se puede determinar una causa orgánica definida.

Sus mecanismos fisiopatológicos son múltiples e incluyen motilidad alterada, hipersensibilidad visceral, factores alimentarios, genéticos, alérgicos, postinfecciosos, inflamatorios y psicosociales.

[15]​ El papel de la Helicobacter pylori en la dispepsia funcional es controvertido y no se ha establecido una relación causal clara.

[2]​ Con frecuencia existe inflamación duodenal microscópica o de bajo grado en personas con dispepsia funcional sin gastroenteritis previa documentada.

En ella puede encontrarse úlcera duodenal, esofagitis erosiva, enfermedad celíaca o cáncer gástrico, entre otras patologías.

Las biopsias sirven para establecer el diagnóstico definitivo en algunos pacientes y para proporcionar información adicional en otros casos.

Debido a la asociación de la dispepsia con la sensibilidad al gluten no celíaca, el tratamiento dietético puede ser beneficioso.

[10]​ Los antidepresivos tricíclicos pueden ayudar a la mejoría al moderar la sensibilidad visceral aferente, sobre todo en quienes el principal síntoma es el dolor epigástrico.