Es considerado el pintor alicantino más destacado durante la primera mitad del siglo XX.
Emilio Varela vivió y murió en la misma casa del barrio de san Francisco de Alicante que le vio nacer.
Se inició con doce años en el aprendizaje del dibujo y la pintura, pasando por los estudios y talleres de artistas afincados en Alicante, como el del alcoyano Lorenzo Casanova, o en los de Pericás y Parrilla.
Aprovechó su estancia en la capital española para aprender de los grandes maestros en las colecciones del Prado.
Como miembro activo del Ateneo, se relacionó con el economista Germán Bernácer Tormo, su hermano el gran poeta alicantino Julio Bernácer Tormo, al que regaló con varias de sus pinturas dedicándoselas expresamente, el músico José Juan, el arquitecto Juan Vidal y el abogado Guardiola Ortiz.
Su círculo de amistades contaba asimismo con Eduardo Irles o Rafael Tormo.
Durante este periodo tuvo relación artística con los pintores Benjamín Palencia y Daniel Vázquez Díaz, quienes le aproximaron al panorama artístico de París.
El interés por conocer de primera mano las corrientes artísticas parisinas le llevó a visitar la capital francesa junto a Óscar Esplá, durante dos semanas en 1928.
Desarrolló una pintura en plein air de estos paisajes urbanos, rurales y marineros sin desatender, no obstante, el trabajo de estudio y la pintura de bodegones, retratos y, en particular, autorretratos.
Su pintura queda plasmada en formato de pequeño tamaño, y es eminentemente figurativa.
A pesar de que, como corresponde a la época, estas publicaciones estuvieran impresas en blanco y negro, Varela supo realizar la trascripción cromática de su realidad cotidiana.
Su pintura recibió influencias diversas de las vanguardias que le precedieron, siendo todo, sin ser en particular impresionista, fauvista o expresionista, sencillamente pintando desbordado por la subjetividad.
Especial atención merecen los autorretratos, cuyo número supera con largueza el centenar.
Aunque en lo pictórico constituyen verdaderas obras maestras de su trayectoria artística, puesto que ellos está representada en su recorrido vital, su manera de ir entendiendo y plasmando la pintura conforme avanzó su carrera artística.
Aunque la producción pictórica de Varela es mucho más conocida, conviene también hacer mención a sus dibujos a lápiz de grafito sobre papel, así como destacar sus dibujos acuarelados, además de las mismas acuarelas.
Siguiendo un recorrido que comprende desde la figuración con temas cotidianos, apuntes de paisaje, personajes próximos o animales domésticos, a las soluciones por completo abstractas.
Dibujos siempre realizados con un trazo firme y seguro.
El Benacantil, en Alicante, constituye uno de los que más reiteró.
Cabe destacar también sus retratos, en cuya formalización recorrió las mimas etapas que en el paisaje.
Su obra se encuentra repartida entre numerosos coleccionistas, en especial afincados en la ciudad de Alicante.
Supuso con 58 obras, la mayor de cuantas realizó 1935.
Ateneo, individual, la última llevada a cabo en su trayectoria artística.
CAMPOY, Antonio M. Diccionario crítico del Arte Español Contemporáneo.
1973 CONTRERAS, Ernesto La Exposición-Homenaje a Emilio Varela, 1962 GINER, José ramón.
La Revue Moderne des Arts et de la Vie.
PIQUERAS MORENO, José Arte del siglo XX.
Arte y Letras, suplemento diario Información, Alicante.
Arte y Letras, suplemento diario Información, Alicante.
Arquitectura y Pintura en la obra de Varela.
Arte y Letras, suplemento diario Información, Alicante.