Embalse de El Atazar

Cerca del extremo sur de la presa se sitúa la torre de toma, que capta el agua del embalse a distinto nivel, seleccionando este según la situación del embalse, referida a la presencia de algas o sustancias no distribuidas homogéneamente, cuando el embalse se encuentra estratificado, o sencillamente para captar agua a menor temperatura en los meses cálidos, si las circunstancias antes mencionadas no lo desaconsejan.

Posteriormente se contrató a uno de los mayores expertos en la materia (Giovanni Lombardi) para estudiar el estado del embalse.

[8]​ En el año 1988, este experto dictamino que el embalse podía utilizarse sin las restricciones que hasta entonces se habían venido aplicando,[9]​ pero finalmente se han seguido manteniendo hasta la fecha (año 2013) restricciones en la época invernal.

Los terrenos en los que se localiza el embalse, sobre pizarras, esquistos y cuarcitas, aparecen como relieves de no gran altitud, pero sí agrestes, con pendientes acusadas entre cumbres y profundos valles que dificultan las comunicaciones.

Es el primero de ellos una especie colonizadora muy agresiva y pirófila, que se ha introducido en muchos lugares con sustratos pobres o degradados.

También han influido en la vegetación los cambios en los usos ganaderos: la ganadería tradicional en la zona practicaba las quemas periódicas para estimular el crecimiento de los pastos que mantenía las comunidades seriales de matorral como dominantes (jarales).

En la carretera hacia El Berrueco es posible ver cómo numerosos pies de enebro (Juniperus oxycedrus) están recolonizando los jarales.

Esto produjo una gran alarma pues algunas cepas de estas algas producen cianotoxinas.

Afortunadamente la cepa que se desarrolló no generó estas toxinas en cantidades detectables.

Pasadas unas semanas las algas murieron espontáneamente originando sus restos una espuma superficial, que se concentró, llevada por el viento, junto al dique y en otros puntos localizados, donde se podía percibir un olor muy desagradable.

El Canal de Isabel II utilizó camiones-chupona para retirar la espuma acumulada junto al dique.

Unos días después y de forma espontánea también desapareció la espuma que se había acumulado en otros lugares.

El embalse de El Atazar con la sierra de Guadarrama al fondo.
Vista aérea de El Atazar.
Desembalse en 1978 para controlar la fisura que se abrió en la presa.
El embalse de El Atazar es también conocido como "el mar de Madrid".
La presa de El Atazar, con el pueblo que le da nombre al fondo.
El Atazar teñido de rojo por la presencia de algas.