Elegía

La actitud elegíaca consiste en lamentar cualquier cosa que se pierde: la ilusión, la vida, el tiempo, un ser querido, un sentimiento, etc.

En época arcaica (ss. VII-VI a. C.) el dístico elegiaco es frecuentemente usado en otro tipo de temas solemnes, a menudo en poemas de gran extensión: cantos fúnebres, o a la patria (Solón), de tema bélico (Arquíloco, Calino, Tirteo, etc.), y otros, incluyendo los que actualmente llamaríamos poemas elegíacos (Mimnermo, etc.).

Este acompañamiento, especialmente con la flauta, debió ser preceptivo al menos hasta comienzos del s. VI a. C. (la lira se asociaría más íntimamente a la poesía yámbica).

Con el tiempo pasó a convertirse en el género más extendido, y el único que practicaron muchos poetas.

Aunque no está designada específicamente como elegía, el Adagio para cuerdas de Samuel Barber tiene un carácter elegíaco.

Maurice Ravel, en su obra para piano Le Tombeau de Couperin, la palabra francesa tombeau, que literalmente se traduce por "tumba", se refiere en el contexto francés a una elegía en memoria de alguien notable.

Elegía , por William-Adolphe Bouguereau (1899).