La "Junta de Salvación Nacional", conformada por Lucio Gutiérrez, coronel del ejército, Antonio Vargas, dirigente indígena y Carlos Solórzano, jurista, dio un golpe de Estado y tomó control del poder efímeramente para luego cederlo al entonces vicepresidente Gustavo Noboa quien gobernó hasta el final del período constitucional, ya que Mahuad había tomado asilo político en la Embajada chilena, efectivamenete abandonando el poder.
Gutiérrez y los demás militares que ejecutaron el golpe fueron encarcelados, pero finalmente recibieron amnistía por parte del presidente Noboa.
[1][2] Gustavo Noboa convocó a elecciones para el 2002, para lo cual se habían presentado varios reconocidas figuras políticas como candidatos.
Los candidatos a la presidencia en el 2002 fueron: Lucio Gutiérrez por el Partido Sociedad Patriótica 21 de Enero en alianza con el Movimiento Plurinacional Pachakutik-Nuevo País.
[15] Construyó su imagen política basándose en su participación en el golpe contra Mahuad, distinguiéndose de los demás candidatos al no haber formado parte de los partidos políticos tradicionales, forjando una imagen mesiánica de héroe militar, utilizando siempre en sus mítines políticos su uniforme militar, recorriendo el país en una camioneta militar, gesticulando con las manos simulando una pistola, acuñando la frase: "boom boom contra los corruptos".
[20][14][18] León Roldós, exvicepresidente de Osvaldo Hurtado, hermano del fallecido presidente Jaime Roldós, presentado por segunda y penúltima vez como candidato y esta vez candidateado por una amplia coalición electoral que incluía al Partido Socialista-Frente Amplio, Movimiento Ciudadanos Nuevo País, Democracia Popular, Partido Unión Nacional, ex Partido Conservador Ecuatoriano y a Concentración de Fuerzas Populares (CFP), partidos de la izquierda socialista, izquierda humanista, derecha demócrata cristiana, derecha conservadora y centroizquierda populista, recibiendo críticas esta postulación por esta diversidad ideológica, siendo denominada como "La Fanesca",[21] siendo puesta en duda su capacidad de gobernar sin la necesidad de pactos y negociaciones con los partidos que lo apoyaban, lo cual afecto en su intención de voto, quedando tercero, con una votación equitativa en todas las provincias del país.