En estos comicios presidenciales resulta ganador el candidato de oposición mayoritaria Jaime Lusinchi, del partido opositor Acción Democrática, derrotando al resto de candidatos, incluyendo al expresidente Rafael Caldera postulado para la reelección por el partido oficialista COPEI, marcando así unas elecciones inéditas en la democracia venezolana.
La izquierda, entretanto, intentó postular un candidato único, pero no pudo alcanzar un consenso.
Al mismo tiempo su candidato, Jaime Lusinchi, se alzaba con un aplastante 56% de los votos en las elecciones presidenciales.
El hasta entonces partido gobernante Copei sufrió una fuerte derrota, pero continuó siendo la segunda fuerza más votada.
[4] El tercer partido más votado fue el Movimiento al Socialismo, que conservó sus dos senadores (único partido aparte de AD y Copei en mantener representación en ambas cámaras) y perdió uno de sus 11 diputados, quedándole 10.