Ejército de Arauco

[3]​ Para muchos historiadores, el rechazo de la medida que posiblemente hubiera permitido la conquista de los mapuches, ya que hubiera acelerado el mestizaje del país, se debió a la decadencia de la Corte imperial, que solo enviaba a sus mejores hombres pero sin apoyo logístico o en números insuficientes.

En 1602 envió una carta al rey español para solicitar crear un ejército permanente y profesional en la Araucanía.

En enero de 1603 el rey dio su autorización, en 1604 la orden llegó al país.

Los fuertes eran construidos sin ciencia militar y solo eran edificios rodeados de altas empalizadas.

Los mapuches nunca constituyeron un Estado unido, eran agrupaciones independientes entre sí que compartían la cultura y una misma lengua.

Los ancianos enseñaban el arte de la oratoria y les hacían prácticas mnemotécnicas para transmitir mensajes oídos una sola vez.

Los guerreros se llamaban conas y debían jurar lealtad incondicional a su toqui.

Después se sacrificaban a los pillanes un prisionero, que era despedazado con crueldad.

[5]​ Los mapuches preferían ataques por sorpresa, llamados malones, y emboscar al enemigo en los bosques, aunque también luchaban en campo abierto.

Los mapuches marchaban en columnas divididas en escuadrones según la tribu, con los lanceros al frente, la infantería ligera les seguía e iban flanqueados por arqueros.

Con la llegada de los españoles, los mapuches se mostraban muy adaptables e ingeniosos, improvisan rápidamente.

Dejan de luchar en campo abierto y los ataques en masas desordenadas se reemplazan por ataques con escuadrones, que se reemplazan continuamente para cansar al enemigo, cuando este está agotado atacan con todas sus fuerzas.

Dejan avanzar al enemigo por la selva y solo cuando consideran que todo está a su favor, atacan.

Utilizan lanzas, mazos cortos llamados macanas, para derribar un caballo y lazos para derribar a los jinetes (preferían que el enemigo estuviera en terrenos lodosos y boscosos donde la caballería española no era eficaz).

Esto solía confundir a los españoles, quienes podían terminar atacando a las tribus sometidas, las cuales terminaban por rebelarse de nuevo, creando un ciclo constante de guerras y alianzas.

Además se levantaron fuertes al norte del Biobío para contener el avance indígena.

Aunque siempre hubo ataques, se estableció el río como frontera y luego como zona de intercambio comercial.

Cuando concluía su acción de guerra, el mismo era disuelto y los soldados volvían a sus antiguas ocupaciones.

Los milicianos recibían paga solo cuando estaban en campaña, acuartelados o prestando un importante servicio.

Soldados de todos los grupos étnicos formaban el emergente ejército virreinal.

En 1769 Carlos III manda aplicar en América las famosas Ordenanzas Militares promulgadas para España el año anterior.

No obstante, si mostraba valentía, arrojo, lealtad y otros valores militares, podía alcanzar los despachos de oficiales.