Mestizo Alejo
Los mapuches en una de las acostumbradas malocas o correrías a territorio enemigo donde los indígenas robaban animales y mujeres sorprendieron a una comitiva española en plena travesía por territorio fronterizo en las cercanías del río Laja.Por su parte, Goyeneche plantea que una vez que Alejo se plegó como líder del levantamiento, los conas pertenecientes a sus reducciones, no tuvieron la misma suerte, siendo cuestionados por mantener cercanía con el ejército español.Alejo agudizó aún más el espionaje y organizó batallones de exploradores al mando del experimentado guerrero Huenchullán, quien dio batidas, robó ganado, vigiló los fuertes y capturó prisioneros.En una oportunidad, Huenchullán llegó con un grupo de prisioneros, contando que les quitó todo el armamento y ordenó destruir los cañones e hizo explotar la pólvora, cosa que fue reprobada por Alejo.Pronto se sintió listo para ejecutar su vengativo repechaje a los odiados huincas o españoles.Más tarde, interceptó los refuerzos enviados desde el fuerte y los forzó a retirarse en confusión, causando graves perdidas al ejército español.El genio militar del mestizo Alejo cambia la fisonomía de la guerra.El jefe español, advirtiendo su propia inferioridad numérica, tomó con rapidez y buen ojo militar, posiciones defensivas en una loma situada a la derecha del camino, apoyando ambos flancos en quebradas inaccesibles.Embistió, no obstante, con toda decisión las posiciones españolas, esperando aprovechar alguna coyuntura eventual para cambiar en victoria la derrota cierta.Entretuvo el ataque frontal a pesar del fuego de la mosquetería, que raleaba sus filas, y despachó por senderos ocultos destacamentos que tomaran las espaldas de los españoles asentados en un bosque.Los españoles, cogidos de sorpresa, se desordenaron y Alejo cargó al instante el frente con ímpetu irresistible.Los pehuenches, al parecer en connivencia con el mestizo, atravesaron los Andes frente al Maule, hicieron un crecido número de prisioneros y robaron el poco ganado que aún pacía en los campos.La loma tenía acceso por los flancos y aún por retaguardia, pero, como pronto veremos, en Chile lo mismo que en España habían hecho crisis las aptitudes para el mando militar.No había en todo el ejército cuatro oficiales capaces de comandar medianamente una batalla.Estando ebrio y durmiendo en su rehue fue asesinado de un certero cuchillazo en el pecho por las celosas mujeres indígenas mientras dormía.