Ediciones El Puente

Ediciones El Puente fue un proyecto literario concebido por y para autores jóvenes en Cuba, inmediatamente posterior a la Revolución de 1959.

Algunos importantes escritores comenzaron allí su carrera literaria, incluyendo a la poetisa y traductora Nancy Morejón, el dramaturgo Gerardo Fulleda León, ahora director de la compañía de teatro Rita Montaner en La Habana, la dramaturgo y activista Ana María Simo, codirectora del proyecto editorial y el folclorista Miguel Barnet.

Los libros que intercambiaban incluían a autores como Borges, Lautreamont, Rimbaud, el poeta cubano Emilio Ballagas, Nerval, Rilke, Tagore, Mayakovsky, Salvatore Quasimodo, Essenin, Vicente Huidobro, Proust, Seferis, Dylan Thomas y Hölderlin.

Ana María Simo se convirtió en codirectora del proyecto,[5]​ enfocándose principalmente en la producción final y la edición de ficción.

De forma práctica, la influencia del grupo se puede ver en aquellos textos y autores que publicaron.

Una performance colaborativa con compositores «feeling», incluyendo a Marta Valdés, César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez, Ela O'Farril y otros en El Gato Tuerto tenía a los fanes haciendo cola alrededor de la manzana.

[5]​ Intercambiaron ideas con dramaturgos como Eugenio Hernández Espinosa, a pesar de que no fueran necesariamente publicados por El Puente.

Muchos eran negros o mulatos, en una época en que las personas de color tenían poca representación en el mundo literario.

Mientras que Che Guevara en una ocasión lanzó un libro a lo largo del cuarto, asqueado porque había sido escrito por un autor gay, Virgilio Piñera,[13]​ Cuba no necesitaba del revolucionario argentino para introducir la homofobia, que ya era parte tanto de la cultura hispánica, como de la occidental: fue la época del «peligro violeta» en EE.

La homofobia ya estaba subyacente en obras como Nuestra América (1894) de José Martí, en la que el poeta y revolucionario no sólo ofrecía un análisis temprano del creciente poder de EE.

El coronel Alberto Bayo, un representante del Gobierno, usó la oportunidad para lanzar invectivas contra los homosexuales, llamándolos «mala semilla» y advirtiendo que iban a «pervertir la revolución».

[11]​ A pesar de que en esa ocasión los cargos fueron retirados, a partir de ese momento, la publicación y la distribución fueron imposibles para El Puente, que ya estaba desmoronándose por las presiones internas y externas.

«Se me detuvo cerca de 17 veces.»[5]​ El acoso llegó a su mayor virulencia en 1966, cuando El Puente fue públicamente atacado por Jesús Díaz, un editor de El Caimán Barbudo, una revista literaria creada y financiada por la juventudes comunistas.

Pendientes de publicación: (*) estos libros fueron confiscados en las imprentas empleadas por Ediciones el Puente en 1965, Habana, Cuba.