La ecología insular es el estudio de los organismos insulares (es decir los que viven en las islas) y las interacciones entre ellos.
Las islas son sitios atractivos para la investigación ecológica porque proveen ejemplos claros de la evolución en proceso.
Las islas están rodeadas por agua y pueden o no existir como parte de una masa continental.
Como resultado, los organismos con la capacidad de dispersión más alta, como las plantas y las aves, tienden a invadir primero y constar una proporción más grande de las especies insulares que los que no pueden llegar con tan facilidad por ejemplo los mamíferos.
Esas poblaciones pequeñas sufren niveles reducidos de competencia interespecífica y depredación y experimentan "la liberación ecológica" en que ellos están liberadas de las interacciones que tenían con su comunidad ancestral, dejándoles a invadir nichos ecológicos nuevos.
Esas poblaciones nuevas también demuestran un nivel bajo de variación genética debido al efecto fundador.
Finalmente, como resultado de los presiones ecológicos diferentes, se producen morfologías, ecologías, fisiologías y comportamientos que difieren entre las especies insulares y sus homólogos continentales, un efecto que se llama Síndrome insular.