Diego Noboa
[1] Instaurada la República del Ecuador en el año 1830, el gobierno del presidente Juan José Flores, ante la necesidad de que la soberanía del nuevo Estado sea reconocida por los países vecinos, en 1831 lo nombró Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en la capital de la República del Perú (Lima), misión en la que pudo conseguir que el Congreso de dicho país reconozca al estado ecuatoriano y firme el Tratado Pando-Noboa, basado en la conveniencia de ambos países.El Congreso decidió entregar al Vicepresidente Manuel de Ascázubi el encargo del poder ejecutivo.Las provincias de Azuay, Loja y Manabí proclamaron la Jefatura Suprema del general Antonio Elizalde.Diego Noboa inició su gobierno realizando una purga política en el país, por temor a una revolución: ordenó el destierro del expresidente Vicente Ramón Roca y el general Antonio Elizalde, expulsó del ejército ecuatoriano a los elizaldistas y los reemplazó con militares floreanos caídos en desgracia.[1]Durante su gobierno presidencial se creó la actual provincia de Cotopaxi también cantonizó a Tulcán, en lo económico administró los fondos públicos del Estado con honestidad y claridad.El presidente de Nueva Granada (actual República de Colombia) José Hilario López temía que los jesuitas admitidos en Ecuador apoyaran a los conservadores colombianos que conspiraban contra su gobierno.[1] El general José María Urbina aduciendo que el presidente Diego Noboa había pactado con los floreanos obteniendo para ellos algunos empleos en la administración pública y la posibilidad de vender la Islas Galápagos había comprometido la integridad nacional preparó un golpe de Estado militar valiéndose de su influencia sobre el ejército ecuatoriano.