Diego Fernández de Córdoba y Carrillo de Albornoz
Su figura es relevante debido a su papel durante la batalla de Lucena en la que se hizo prisionero al último emir granadino Boabdil.Asimismo, unos años después Enrique IV le concedió la villa de Alcalá la Real.Durante el conflicto por la sucesión del monarca Enrique IV, se mantuvo del lado de este contra los nobles rebeldes que proclamaron al infante Alfonso rey de Castilla durante la Farsa de Ávila.Cumpliendo con su lealtad al rey recuperó la villa de Écija en 1466, recibiendo Bujalance como recompensa, aunque nunca llegó a ocuparla debido a que su pariente Alfonso de Aguilar se lo impidió.[2] Tras su fallecimiento en 1487 en Baena, siguiendo su testamento, fue enterrado en el convento de Santa Marta en Córdoba.