Andrä, y la basílica santuario de María Luggau, en Lesachtal.
Después de aproximadamente un siglo de abandono, el arzobispo Gebhard (1060-1088) volvió a nombrar un obispo para Carintia, que ya no tenía su sede en Maria Saal, sino en Gurk, una ubicación más central que la sede anterior, donde Gebhard instituyó de facto una nueva diócesis.
Marien, que había pertenecido al monasterio fundado por Emma de Gurk.
[7] Este acuerdo permaneció en vigor, al menos teóricamente, hasta 1535, pero ya durante los siglos XIV y XV tanto los papas como los Habsburgo intervinieron en varias ocasiones para imponer a su candidato.
El Concilio de Basilea, al que se dirigieron los dos excluidos, confirmó la decisión del papa en 1435.
En la segunda mitad del siglo XVI, los obispos Urban Sagstetter (1556-1573) y Christoph Andreas von Spaur (1573-1601) trabajaron activamente para combatir la infiltración luterana en la diócesis y para implementar los decretos de reforma del Concilio de Trento.
Todos estos cambios se implementaron durante el episcopado de Franz Xaver von Salm-Reifferscheidt-Krautheim (1784-1822).
Sin embargo, esta regla se aplicó por primera vez recién en 1945.
De hecho, el último obispo designado por el emperador Francisco José, Adam Hefter, permaneció en el cargo hasta 1939, cuando, debido a sus posiciones filonazis, se vio obligado a dimitir.
La Segunda Guerra Mundial impidió el nombramiento de un nuevo obispo hasta 1945.