A la custodia se le llama también ostensorio u ostensorium (del latín ostendere, 'mostrar').
Se emplearon para dicho objeto al principio imágenes, cruces, relicarios y ciborios acomodándolos a su nuevo destino.
Pero desde mediados del siglo XV se adoptó la forma de torrecilla o templete ojival (casi siempre de plata) erizado de pináculos y sostenido por una base artística quedando en medio una lúnula o viril de plata u oro para colocar en él visiblemente la hostia.
En España, se estableció a mediados del siglo XV la costumbre de procesionar sobre una carroza o ricas andas y sobre un trono en forma de torre la custodia propiamente dicha.
Una de ellas, conocida popularmente como «La Lechuga», fabricada por José de Galaz en 1707, está adornada por 1.485 esmeraldas, 1 zafiro, 13 rubíes, 28 diamantes, 62 perlas barrocas y 168 amatistas.