Cristo llevando la cruz es un episodio evangélico y tema artístico muy frecuente en la devoción y el arte cristiano, denominado también de muchas otras formas (Jesús o Cristo portando la cruz o su cruz -con mayúsculas en la mayor parte de la bibliografía-,[1] cargando la cruz, con la cruz a cuestas[2] o al hombro,[3] etc.) Es parte del ciclo de la Pasión de Cristo y del Via Crucis, y contiene muchos episodios que pueden ser objeto de tratamiento artístico por separado o bien representarse conjuntamente (el Cirineo, la Verónica, las caídas, etc.) Los episodios anteriores son los relacionados con el juicio de Cristo y los posteriores son los relacionados con la crucifixión.El episodio evangélico aparece en los cuatro evangelios canónicos (Mateo 27:31-33,[4] Marcos 15:20-22,[5] Lucas 23:26-32[6] y Juan 19:16-18[7]).En la pintura bizantina se representa típicamente a Jesús caminando con las manos atadas, y un soldado tirando de la cuerda, mientras que el Cirineo carga con la cruz.Algunos ejemplos primitivos representan únicamente a Cristo cargando la cruz, como Barna da Siena (1330-1350, Frick Collection); tipología que se continúa en el Renacimiento y el Barroco con encuadres más centrados en la mitad superior de la figura (Norte de Italia, desde 1490).Desde 1500, con el Renacimiento pleno, y luego con el Manierismo, el tema pasa a ser elegido como escena única para las pale italianas, seleccionando escenas concretas, como la de Verónica o el desmayo de la Virgen (Lo Spasimo del Virgine), introducción moderna no referida explícitamente en las Escrituras.
Jesús cae por segunda vez
, de una estación del Vía Crucis (Alemania, siglo
XIX
).