Crisis constitucional rusa de 1993

El vicepresidente en vigor, Aleksandr Rutskói, fue nombrado presidente, tal y como mandaba la constitución.

Los diputados se encerraron en la Casa Blanca, edificio sede del Parlamento ruso, y se dispusieron a resistir el asedio de las fuerzas bajo control del depuesto presidente.

En ese punto, las cúpulas militares mostraron su apoyo al depuesto presidente y este ordenó el desalojo de la Casa Blanca a la fuerza.

La Casa Blanca sufrió graves daños y muchos de sus ocupantes murieron en el ataque.

[3]​[4]​ Para el 5 de octubre, la resistencia a Yeltsin había sido destruida.

Yeltsin exigió al parlamento que realizara un cambio constitucional que le ampliará el poder emitir decretos para poner en marcha su plan de privatizaciones (solo el parlamento tenía la autoridad de modificar la constitución).

El congreso, presidido por Ruslán Jasbulátov, redujo los poderes de decreto del presidente que había dado en 1991 y empezó a detectar que podía bloquear las acciones de gobierno e incluso derrocar al presidente.

A mediados de marzo, el parlamento celebró una sesión extraordinaria en la que se aprobó mantener la constitución y anular el referéndum y recortar los poderes presidenciales, propiciando de nuevo un cambio que alejaba a Yeltsin del poder.

Yeltsin abordó, fuera del edificio del congreso, a Vladímir Shumeyko, presidente de la cámara, para decirle que el referéndum se celebraría el 25 de abril.

En agosto Yeltsin volvió de sus vacaciones y declaró que haría todo lo posible, incluyendo las modificaciones constitucionales, para convocar elecciones legislativas.

La excusa utilizada para su distinción fue expuesta por el portavoz presidencial, se acusaba a Rutskói de corrupción.

La respuesta del Tribunal llegó dos semanas más tarde en la que se debían de realizar elecciones presidenciales y legislativas anticipadas.

Yeltsin exigió que se disolviera el parlamento en septiembre dejando así libre el camino para las reformas económicas tendentes a conseguir una transición rápida a la economía de libre mercado.

Rato subrayó, no obstante, el apoyo de su partido al ataque a la Casa Blanca.

El Partido Comunista de la Federación Rusa no participa en los acontecimientos, ni Guennadi Ziugánov, ni otros líderes se ven envueltos en estos actos, aunque muchos miembros individuales del partido y otras organizaciones de izquierda apoyaron, activamente, al Parlamento.

La acción de Yeltsin de disolución ilegal del Poder Ejecutivo estaba preparada desde el verano y ya se habían tomado las medidas pertinentes para que las Fuerzas Armadas le fueran fieles.

La dura crisis que se vivía en el país, donde el producto interior bruto había descendido a la mitad, la corrupción era generalizada, la esperanza de vida había descendido ostensiblemente, los servicios básicos como la sanidad y la educación se derrumbaban y escaseaba el alimento y el combustible mientras que la riqueza del estado, acumulada y construida con mucho sacrificio en el período soviético, se dilapidaba e iba parar a unas pocas manos que por adquirían las grandes empresas de la nación por capitales irrisorios mientras que la mayoría del pueblo pasaba, incluso hambre.

El 28 de septiembre, se producían los primeros enfrentamientos sangrientos entre manifestantes anti Yeltsin y la policía.

Las instalaciones del centro emisor quedan dañadas y la TV rusa no puede continuar emitiendo.

No mandaron ninguna misiva a los cuarteles para atraer el apoyo de la tropa.

Pero los militares solo se movieron a regañadientes y con la disculpa de evitar males mayores.

La fuerza ganó a la mayoría y esa fuerza esperaba compensaciones de Yeltsin como las dadas al general Pável Grachov, fiel a Yeltsin durante la crisis que se convirtió en una figura política relevante aun cuando se demostró sus episodios de corrupción dentro del ejército ruso.

También prohibió las publicaciones que tenían líneas editoriales de corte izquierdista o nacionalista.

El 12 de octubre, Yeltsin dio a conocer que ambas cámaras legislativas serían renovadas en unas elecciones en diciembre.

Con la máxima de "Rusia necesita orden" Yeltsin se dirigió a los ciudadanos desde la televisión estatal en noviembre.

Si el parlamento emitía un voto en contra del gobierno este podía ser congelado en una oficina gubernamental por tres meses y si se volvía a repetir Yeltsin tenía facultad de disolver las cámaras.

El presidente no podía ser acusado de contravenir a la constitución.

Los candidatos que eran afines a las políticas de Yeltsin fueron duramente castigados por los votantes.

Esta última fuerza alarmó a muchos observadores políticos por su ideología cercana al fascismo.

Aunque Rusia emergía formalmente como un sistema presidencial con un parlamento bicameral, el poder real se encontraba en manos del presidente.

Aleksandr Rutskói , vicepresidente contrario a Yeltsin.
Composición del parlamento ruso en 1992
Composición del parlamento de Rusia en 1993
Sello ruso en el que aparece el edificio de Parlamento ruso, la Casa Blanca.