Crisis administrativa de Panamericana Televisión

La crisis administrativa de Panamericana Televisión fue un periodo crítico en la historia del canal peruano comprendido entre 2001 y 2009.

[10]​ Cuando la familia Schütz devolvió, por mandato judicial, la administración del canal a la familia Delgado Parker en 2003,[11]​ bajo el mando total de Genaro y con intenciones de injerencia política,[12]​ tuvo problemas en producir programación propia, no solo por baja audiencia frente a sus rivales América Televisión, ATV y Latina Televisión sino también por falta de presupuesto.

[18]​ En 2000 se difundieron diversos videos en los que aparecían políticos, empresarios, magistrados y periodistas siendo sobornados por Vladimiro Montesino, jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN).

Entre ellos se encontraban los empresarios Manuel Delgado Parker y Ernesto Schütz Landázuri.

En la filmación aparecía Víctor Joy Way[20]​ y el que por entonces era presidente del directorio, Ernesto Schütz Landázuri, quien apareció con bloques de dinero recibidos de Montesinos para vender la línea editorial al gobierno y apoyar la reelección de Alberto Fujimori, aunque Schütz Landázuri lo negó reiteradamente.

[26]​ Asimismo, le heredó anticipadamente a sus hijos, quienes se volvieron propietarios del canal.

[27]​[28]​ Por otro lado, el director periodístico Eduardo Guzmán y parte del personal renunciaron a sus cargos al detectar indicios de corrupción.

[29]​ Cabe aclarar que en 2005 se reveló un audio en el que apareció Fernando Olivera, influenciado por la familia Delgado Parker, en la toma de decisiones, según la denuncia de César Hildebrandt.

[30]​ Fernando Olivera estuvo involucrado en la reunión Schütz-Montesinos cuando fue ministro de Justicia en 2001.

[n 3]​ Sin embargo, se supo que Delgado Parker se reunió con Montesinos para cumplir el favor judicial de retirar al periodista César Hildebrandt en un programa de Red Global, canal que también administró Genaro en 1998.

[44]​ En ese día sucedieron los enfrentamientos más grandes y violentos que se hayan visto en los dos edificios del canal (uno para transmitirse a Lima y otro para el resto del país), en donde se recuerda el momento del lanzamiento de pintura amarilla al equipo de Schütz.

[49]​ En ese mismo día, un juzgado del Cono Norte, dirigido por la jueza Adriana Villanueva había decidido paralizar la ejecución de la medida cautelar que favorecía al equipo Schütz.

Por otro lado, la administración Schütz cambió las frecuencias de la señal enviada por satélite, lo que permitió que la señal originada desde la avenida Arequipa se viera en varias otras ciudades del Perú.

Esta fue firmada por el presidente del Poder Judicial, Javier Villa Stein.

En la mañana del 8 de junio, el Poder Judicial finalmente procedió a entregar la administración del canal a Ernesto Schütz Freundt,[14]​ hecho que ocasionó que se suspendiera la programación del día y durante más de ocho horas continuas se emitieron cortos animados de Popeye, mientras los trabajadores fueron invitados a retirarse para efectuar un inventario de los bienes, y luego, en vez de comerciales, se transmitían videos de paisajes del Perú durante aproximadamente un mes, hasta que se estrenaron el nuevo logo (la «P» cuadrada tricolor, que se mantiene hasta hoy) y la programación.

En la diligencia desarrollada con gran resguardo policial, se hicieron presentes también los ex-directivos Federico Anchorena y Pedro Arbulú, quienes recuperaban sus cargos.

Luego Schütz declaró haber encontrado al canal muy desordenado, por lo que planificó reflotar la emisora sin dañar el estado de los proyectos actuales.

En él, muestran las supuestas razones que llevaron a que el canal fuera puesto bajo una administración judicial, aduciendo una clara intervención por parte del poder Ejecutivo a cargo del entonces presidente de la república, Alejandro Toledo, y las consecuencias que ello trajo a la televisora.