Debido a la creciente actividad comercial se necesitaba instalar un servicio postal en Buenos Aires.Domingo Basavilbaso gestionó el permiso necesario para instalar el servicio en la región a cargo de un Teniente del Correo Mayor, designado por el Titular en Lima.Este oficio no existía y apenas se implementaba el servicio en el Virreinato del Río de la Plata.Durante administraciones posteriores se implementaron los servicios de encomiendas, giros postales, valores declarados y carta certificada.La medida fue adoptada mediante la resolución N.º 515 ENCOTEL/82 dictada por el entonces administrador general de la empresa Coronel Ing. Mil.265/1997 del entonces presidente Carlos Menem, la empresa ENCOTESA fue liquidada y la prestación de servicios postales le fue otorgada en concesión a la Sociedad Macri (SOCMA).La deuda millonaria de la familia Macri con el Estado nacional y con acreedores privados hizo que el gobierno resolviese no otorgarle la prórroga y optase por devolver a la empresa a la administración estatal por 180 días, mientras se lanzaba una licitación pública internacional para encontrar un nuevo operador privado.[33][34][35] Finalmente, en 2004 se decidió no llamar a licitación para buscar un nuevo operador privado y se creó una nueva sociedad anónima estatal, Correo Oficial de la República Argentina S.A. (CORASA), que mantendría la denominación comercial de Correo Argentino.[46][43] Para el kirchnerismo, la reestatización del Correo Argentino implicaba reincorporar al fisco el patrimonio que había sido liberado a la sociedad civil durante los años 1990.Ramón José Cárcano, entonces director general de Correos y Telégrafos, promovió su construcción.En los talleres electromecánicos se subsanaban los desperfectos producidos en los muchos aparatos con que contaba Correos y Telégrafos en su misión.El edificio del correo ofrecía a sus empleados todos los servicios que este pudiese necesitar, desde asistencia médica hasta un sector para lustrarse los zapatos.En 1997 fue declarado Monumento Histórico Nacional dada su calidad arquitectónica y la importancia en la historia del país.Esa cantidad les permite a los usuarios acceder al servicio del Correo en cualquier lugar.
Empleado del Correo y automóvil hacia los años 1920.
Soldado argentino escribiendo una carta desde la oficina radiopostal Islas Malvinas