Consagración real

No falta quien crea que ningún príncipe del cristianismo había sido consagrado hasta Justino II, emperador del Imperio bizantino, que subió al trono en el año de 565, pero otros aseguran que Teodosio I el Grande fue coronado y por consiguiente, consagrado en el año 408 por el patriarca Proclo (Notas del padre Menard sobre el Sacramentario de san Gregorio, pag.Los otros reinos preferían la simple proclamación para evitar el sometimiento al clero que ello representaba.][2]​ La primera consagración de un rey en Francia fue la de Pipino el Breve, motivada principalmente por la alianza que hizo con la Iglesia católica para asegurarse su legitimidad y poder suceder al rey merovingio Childerico III, al que depuso.[3]​[4]​ Reims estaba relacionada con el primer rey de todos los francos, Clovis I, bautizado allí en 496 (o 499) por el arzobispo san Remigio.Todavía hoy se conservan parcialmente, especialmente en el Louvre y en otros museos parisinos.Los emperadores germánicos eran, primero, elegidos soberanos, después iban a Roma para recibir la corona imperial de manos del Papa.
Consagración de Carlos X de Francia , celebrada en la Catedral de Reims el 28 de mayo de 1825, fue la última ceremonia de este tipo celebrada en aquel país.