Ya sea a través de la racionalización encubierta del agua, mediante la baja potencia o los cortes nocturnos y sectoriales, o el limitado acceso al agua para los medianos y pequeños agricultores.
En la actualidad las cuencas del río Huasco y el río Copiapó están en crisis, debido a la sobreexplotación de ambos acuíferos por parte de las empresas mineras que trabajan en el sector.
Ya que desde la cuenca del río Copiapó son extraídos entre 12 a 13 mil litros/segundo y solo recibe como recarga 5 mil litros/segundos, según datos del Sernageomin Atacama.
Actualmente los dos primeros ya han desaparecido, y el tercero se encuentra en una muy frágil existencia.
Los ríos Salado, que desembocaba en Chañaral, y río Copiapó han sido secados por la acción depredadora de agua para la minería.