La sangre oscura es mucho más propensa a los efectos ópticos,[2] y por lo tanto la deficiencia de oxígeno (hipoxia) conduce a la coloración azulada de los labios y otras mucosas.
El flujo sanguíneo lento permite que cada hematíe esté en contacto con los tejidos durante más tiempo; en consecuencia, se extrae más oxígeno de la sangre arterial con el posterior incremento de hemoglobina reducida en la sangre venosa.
Se observa habitualmente en los tejidos periféricos (manos, orejas, nariz y pies), pudiendo ser generalizada o localizada.
La hemoglobina ha pasado a metahemoglobina y lo que ocurre es un transporte inadecuado de oxígeno.
El cloranfenicol tiene dos toxicidades fundamentales siendo una de ellas el síndrome gris del recién nacido.
Es metabolizada en el hígado por la vía del citocromo P450 a un potente oxidante responsable del efecto adverso hematológico (metahemoglobinemia, lo que reduce la capacidad transportadora de oxígeno de la sangre).
Las manifestaciones de la intoxicación aguda por dapsona incluyen vómito, cianosis, taquipnea, taquicardia, hipotensión, estado mental alterado o deprimido y convulsiones.
Por lo general se observan metahemoglobinemia y sulfohemoglobinemia unas cuantas horas después de la sobredosis.
El tratamiento de una sobredosis es la descontaminación del tracto gastrointestinal (lavado gástrico y carbón activo).
Otra sustancia química que puede causar cianosis es el monóxido de carbono (CO).