Las livideces son muy extensas, y su color se suele describir como rojo cereza.
Aunque muchos médicos esperan observar el "signo patognomónico" de color rojo cereza, este no es tan común en la práctica clínica.
El CO inhibe los centros superiores, provocando convulsiones, coma y muerte fulminante.
El cuadro avanza con parálisis de las extremidades inferiores, somnolencia, escotomas visuales y acúfenos.
Si el paciente no muere, la recuperación es lenta, con dolor de cabeza, confusión mental, amnesia, fatiga y debilidad muscular.
El diagnóstico se basa en la anamnesis (con el antecedente de la inhalación) y la correspondiente exploración física.
[9] Aunque el diagnóstico suele ser relativamente sencillo, suele ser conveniente descartar otras intoxicaciones por tóxicos volátiles, así como otras causas de hipoxemia, causa principal de casi todas las alteraciones por la intoxicación por CO.
Aunque los derivados del petróleo no contienen CO, este puede formarse por combustión incompleta en la estufa.