En cuanto a la fauna, las especies más importantes son las rapaces, tanto diurnas como nocturnas, la perdiz, el conejo, la liebre, zorro, tejón, garduña, jineta y jabalí.
Con la romanización, algunos de estos poblados se abandonan y otros bajan al llano.
La raíz del topónimo Chulilla-Xulella-Iulella, claramente preislámico, podría corresponder a un patronímico de aquella época.
Hasta el momento no han aparecido vestigios correspondientes a esos siglos oscuros tras la desaparición del Imperio Romano.
En los años siguientes, el castillo y término es utilizado como pago por diferentes servicios a la Corona.
Tras este paréntesis de señorío militar vuelve al eclesiástico al ser instituida en 1274 la Baronía de Chulilla, que incluía Losa y, desde 1300, el Villar, sobre el territorio del antiguo distrito musulmán del castillo y entregada al Cabildo y obispo de Valencia.
Su posición geoestratégica provocó que se libraran en ella cruentas batallas durante las guerras carlistas.
Las cosas cambian y, aunque antaño fue esencialmente agrícola y ganadera, hoy en día estas dos actividades se ejercen, más como entretenimiento de fin de semana que como motor económico del pueblo.
Tan es así que ya no se produce vino ni en la bodega cooperativa del pueblo.
Es un importante núcleo de turismo interior por sus atractivos naturales, siendo este sector el principal motor económico que mueve al pueblo.