Centro Artístico, Literario y Científico de Granada

La primera Junta Directiva estuvo presidida por don Vicente Arteaga y por Manuel Gómez-Moreno González de Vicepresidente.

Revistieron entonces importancia excepcional sus sesiones de música clásica, con artistas tan notables como el violoncelista Tejada, el violinista Fernández Bordas, el pianista Emilio Vidal, el violinista Carlos Romero y otros ejecutantes excelentes, como los Guervós y Peña.

Constituido este segundo Centro Artístico, se procedió a alquilar una pequeña casa en el número 7 de la Calle Ángel, hoy desaparecida.

Sin embargo, a los pocos meses, el Centro Artístico ya contaba con una importante nómina de socios por lo que la Junta Directiva acordó trasladarse a la céntrica Calle del Campillo Alto N.º 27, esquina con Cuadro de San Antonio.

En 1936 el Centro se plantea una nueva sede social y piensa en el edificio de la Madraza, que había sido del Ayuntamiento hasta 1852.

Construido 1952 el edificio del Teatro Isabel La Católica, el Centro Artístico alquiló los pisos sótano, plata baja, 1.º y 2.º.

La adaptación y decoración del nuevo local le costó al Centro Artístico la nada desdeñable cifra 1.250.000 ptas.

Esta sección que funcionaba con cierta autonomía, desarrolló una actividad realmente efectiva y comprometida: Becas, libros, colonias escolares, campos de Recreo, Ropero, así como en “Educación maternal”.

Ocupó una extensión de 80 m², distribuidos en planta baja y un piso superior, al que se accedía por una artística escalera.

El papel que el Centro Artístico ha jugado en cuanto al enaltecimiento y mejora de las fiestas del Corpus es incuestionable.

En 1895 los dos pintores vuelven a exponer juntos, pero esta vez compartiendo espacio con sus maestros, Cecilio Plá y José Larrocha.

Si hacemos caso a Marino Antequera, existe lo que se ha dado en llamar La Generación del Segundo Centro Artístico.

Asiduo del Centro Artístico fue el pintor alemán Paul Sollman, que residió en Granada durante la Primera Guerra Mundial; también el pintor y excelente acuarelista inglés George Owen Wynne Apperley, que quedó de por vida vinculado a Granada y al Centro Artístico, cada año donaba un cuadro para subasta para la fiesta de Reyes Magos, costumbre que luego fue continuada por su viuda.

Igualmente pasaron por las salas del Centro otros pintores foráneos como el uruguayo Octavio Pino, el chileno Alfredo Lobos y, en sus esporádicas visitas a la ciudad, los pintores: Antonio Muñoz Degrain, Joaquín Sorolla, Ramón Casas, Regoyo y Santiago Rusiñol.

Ya más cercanas en el tiempo son las exposiciones de: Juan Vida, Tapies, Saura, Guerrero, Miguel Rodríguez-Acosta, Hernández Quero, Ripollés, Suso Mena, Xaberio, Manolo Gil, Antonio Gámez, Alejandro Gorafe, Agustín Ruiz de Almodóvar, Miguel Ruiz del Castillo, Hipólito Llanes o Enrique Villar Yebra.

A partir de esa fecha, el Centro Artístico logró resucitarlos, en un momento en el que amenazaban convertirse en un prosaico negocio, ajeno a cualquier espíritu cultural o estético, mejorando no solo el nivel de los intérpretes (Miguel Fleta, María Llacer, Damiani…) sino la iluminación y los decorados.

El éxito fue tal, que al día siguiente hubo de repetirla en el teatrito del Hotel Alhambra Palace, sumándose a la misma el guitarrista Andrés Segovia.

En un principio pareció que el Centro Artístico retornaba a su ser antiguo, pues la intelectualidad “pogre” granadina, llenaban los recitales de poesía y los conciertos.

No obstante, la situación no mejora y un año después, en marzo de 1986, el Ayuntamiento interviene nuevamente, esta vez comprando por 60 millones de pesetas, todo el edificio del Teatro Isabel la Católica, lote en el que iba incluida la sede social del Centro Artístico.

Titiriteros en la plaza del Conde, por Isidoro Marín Gares (Granada, 1863-1926) - El Albayzin, Inspiración de Pintores, Granada, AA. VV. Bajo Albayzin, 2001 almacenado en Biblioteca Provincial de Granada. Disponible bajo la licencia Dominio público