Se formó en la Escuela de Bellas Artes de Granada junto a Julián Sanz del Valle y Eduardo García Guerra.
Debido a su precaria situación económica tuvo que recurrir a numerosas actividades y técnicas artísticas, aplicadas a la elaboración de carteles, retratos e ilustraciones, litografías y otras representaciones pictóricas sobre papel, madera, vidrio, tela, cerámica, abanicos, etcétera.
Influenciado por las corrientes artísticas latentes en la Granada de finales del siglo XIX y principios del XX y sobre todo por Mariano Fortuny, Isidoro Marín elaboró una obra de carácter costumbrista y paisajista de estética impresionista, con rasgos del modernismo y reminiscencias del realismo pictórico.
Destacó sobre todo como acuarelista representando numerosos rincones del Albaicín.
Fue miembro del Centro Artístico, literario y Científico y de la tertulia de la Cofradía del Avellano.