Un importante grupo familiar encabezado por Sebastián de Guedea colaboró en su construcción por un largo periodo; ellos fueron Andrés, Pedro, Diego, Miguel, Anastacio, Lorenzo y Joseph todos de apellido Guedea.
Sin embargo, el crecimiento que experimentó la ciudad de Valladolid — ahora Morelia — a finales del siglo XVI e inicios del siglo XVII, así como un incendio que afectó severamente a la catedral anterior, fue necesario pensar en otro templo más grande, sólido, e importante.
Es por eso, que a principios del siglo XVII comienzan los trámites para la construcción de la nueva catedral.
La construcción estuvo a cargo del arquitecto italiano Vicenzo Barroccio hasta su muerte en el año 1692, razón por la cual este gran arquitecto no pudo ver concluida su obra monumental.
Finalmente encontramos que la cúpula principal está revestida por azulejos y sostenida por un gran tambor octogonal.
En 1983 se intentó restaurar el color de la cantera, pero por desgracia se utilizó pintura que finalmente secó de un color más oscuro y salta fácilmente a la vista.