Castillo de Sigüenza

Fue habitual residencia de los obispos seguntinos hasta mediados del siglo XIX.

Sufrió destrozos a comienzos del siglo XIX (el año 1811) por la invasión francesa, durante las guerras carlistas, y en el siglo XX, durante la guerra civil española del 36 al 39.

Todo ello obligó a realizar una restauración casi total siguiendo los planos y documentos antiguos.

Aunque el papa no le reconoció en el cargo, resistió allí durante tres años, al cabo de los cuales la fortaleza no fue tomada por las armas sino por la traición de un criado.

Le sucedió el gran Cardenal Mendoza (1428-1495), que siendo primero obispo de Sigüenza, mandó levantar la gran barbacana (o antemuro) que defiende las puertas y transformó la fortaleza en un palacio, similar por sus dependencias a las actuales del Parador.

En 1808, durante la ocupación napoleónica (1808-1814) el castillo es usado como cuartel de las tropas francesas, que lo dañaron seriamente y saquearon todas sus riquezas.

[13]​ La actual construcción es casi toda nueva siendo las piezas auténticas aunque reconstruidas que se conservan,[14]​ la Capilla Románica, la Portada y Torres así como la barbacana, las dos portadas renacimiento del Patio de Armas y el Salón del Trono.

Se han cerrado amplios huecos y derribado añadidos, pretendiendo devolver el carácter medieval del exterior.

La inauguración oficial tuvo lugar en 1978 con la visita del rey Juan Carlos y la reina Sofía.

Castillo de Sigüenza en un dibujo de José Pascó (1886)
Pozo en el castillo
Vista frontal de la fortificación
Vista desde el sur