Bedoya, médico y escritor, es el primero que publica en España una relación, ordenada alfabéticamente, de los términos municipales en que se encontraban las aguas medicinales, minerales y termales conocidas en aquella época.
El autor y crítico literario, Juan Pablo Forner (1756-1797), fue el primero que divulgó sus beneficios terapéuticos, en el año 1787.
Forner escribe que "apenas se hallará fuente de quien se cuenten tantos y tan justificados prodigios médicos; comprobados con tan segura autenticidad, que es imposible negarles el asenso" ..."cuando los Médicos dan por incurables a los enfermos, y los abandonan a lo que quiera hacer de ellos la suerte, las aguas de Solán de Cabras eran el asilo último, y producían efectos, que ni aun los facultativos se atrevían a esperar"... [los médicos] " las hallaron oportunísimas para las atonías, perlesias, obstrucciones, cancros, escróbulas, hernias carnosas y varicosas, ceáticas, supresiones de orina, menstruas y hermorroydales, piedras y arenas en los riñones, fluxiones de los ojos, alferecias, convulsiones, vahidos y todo accidente de cabeza".
Junto con sus hijos, María de los Ángeles Sanz,[8] Cuca, y su marido Antonio del Pozo Herráiz,[9] Asunción Sanz Pérez y su marido Ramón Salmerón, y su hijo Enrique Sanz Pérez y su mujer Mercedes Gallego, comienzan el desarrollo de la venta de agua embotellada en España, así como del balneario, en una etapa muy difícil como consecuencia de la guerra civil española.
Desde 1976 el sitio fue propiedad a partes iguales de la familia del Pozo Sanz.
[13] Sin embargo, los del Pozo si llegan a un acuerdo con el Grupo Osborne (2001), nuevo dueño de Solán y accionista mayoritario desde 2002.
Está indicada para combatir el reumatismo y las alteraciones del aparato digestivo, especialmente los cálculos renales.
También es adecuada para dietas pobres en sodio y para la preparación de alimentos infantiles.
Se han realizado estudios con la técnica del Carbono 14 para determinar el tiempo de permanencia del agua en el acuífero que se supone muy largo.
Su composición química por litro es la siguiente:[17] (datos obtenidos de la propia empresa)