Ocupa la práctica totalidad de una manzana en el núcleo urbano de Láchar, comprendida entre las calles Real, Castillo, Huerta, Íllora y la plaza Picasso, a escasos 400 metros del río Genil.
Sin duda, el período de mayor esplendor del castillo tuvo lugar con la llegada de Don Julio Quesada-Cañaveral, duque de San Pedro, a la localidad a finales del siglo XIX y principios del XX.
Actualmente se están llevando a cabo obras de remodelación y recuperación de elementos artísticos e históricos que fueron afectados durante la modernización realizada por los anteriores propietarios.
Sus actuales propietarios lo conservarán como propiedad privada dando acceso limitado tal y como marca la Ley en los espacios declarados Bien de Interés Cultural al público en días determinados una vez que la reparación y redecoración sea acometida con éxito.
Hay seis dormitorios más las correspondientes habitaciones de los sirvientes, así como una enorme terraza en alto.