Hasta el siglo XVII tenía bajo su jurisdicción las aldeas de Pinarejo, La Nava, Torrubia del Castillo, Don Benito, Ucero, Villafranca, La Almarcha y La Puebla.
Con La Almarcha en 1687 comenzó la emancipación que después prosiguió Pinarejo (1765)[3] y Torrubia, el resto de las aldeas terminaron desapareciendo.
El cultivo del trigo hace ya unos años que está en recesión.
Todos estos arroyos tienen una marcada estacionalidad, llevan agua en invierno o en días lluviosos y prácticamente van secos en verano.
La asociación forestal más abundante es la garriga compuesta principalmente por encinas, coscoja, enebro, espino negro, etc.
En las zonas más degradadas vegetan aulagas, tomillo, espliego, morquera, cantueso etc.
En las zonas de cultivo es posible observar especies típicamente esteparias como avutarda, sisón, alcaraván, ganga, alondra, calandria, codorniz y perdiz.
En las zonas con más monte o cazando por todo el término se avistan el búho real, lechuza, mochuelo, ratonero, azor, águila culebrera, gavilán, cernícalo común y cernícalo primilla.
En cuanto a mamíferos se pueden encontrar jabalí, corzo, zorro, conejo, liebre, gato montés, jineta, etc. Su clima es mediterráneo frío, con grandes oscilaciones térmicas.
[8] En el período de ocupación musulmana este lugar pasó a denominarse al-Marg Hamal y parece ser que en 1172 estaba ocupado por los cristianos cuando las tropas almohades del sultán Abú Yaqúb Yusúf, que se dirigían hacia la ciudad de Huete, lo tomaron por sorpresa, mataron a sus hombres y esclavizaron a mujeres y niños.
Posteriormente, en 1184 Alfonso VIII tomó Alarcón a cuyo alfóz perteneció Castillo de Garcimuñoz durante 138 años.
Aurelio Pretel considera que este señorío es un apanage, pues si no había heredero varón debería retornar a la Corona.
Don Juan Manuel reclamó como perjudicado, a la reina regente doña María de Molina, que se le concediese en compensación Alarcón y su tierra, compuesta por 62 aldeas, objetivo que logra por privilegio otorgado en Cuellar (26-3-1297) y que se confirma denifinitivamente con el tratado de Torrellas, de 1304.
En estos momentos el señorío de Villena tiene cuatro núcleos importantes: Alarcón, Chinchilla, Villena y Castillo de Garcimuñoz, desde los cuales don Juan Manuel lanzará ofensivas contra la Corona, pues Alfonso XI había repudiado a su hija Constanza con la cual se había comprometido a casar[16] y la mantenía presa en el castillo de Toro.
El señorío lo hereda su hija Blanca siendo una niña, por lo que éste queda bajo la tutela del caballero don Íñigo López de Orozco.
Con ello termina la contienda y también la importancia guerrera del Castillo de Garcimuñoz.
Tanto en los lienzos como en los cubos posee el clásico cordón o bocel decorativo, característico de las fortificaciones del siglo XV.
Las ventanas del primer piso son muy singulares, constan de tres centros, el central inverso.
Su estilo es gótico isabelino y semeja un retablo de piedra tallada suspenso sobre el muro.
En ella hay cuatro huecos de troneras en forma orbe y cruz.
En el año 1941, por iniciativa del poeta Federico Muelas, se construyó este monumento que sustituyó a la antigua cruz de hierro.
En el monumento se lee: Aquí cayo mortalmente herido Jorge Manrique, luchando por la unidad de España.
En el pie del monumento, hay un hueco destinado a una arqueta en la que se encontraban las coplas de Jorge Manrique, entre ellas las famosas "A la Muerte de su Padre"; hoy solo queda el hueco.
[33] Este edificio se conserva en buen estado actualmente, pero repartido en ocho casas habitadas por los vecinos de la villa.
Cuando la virgen llegó en procesión, una gran nube de langostas cubrió la imagen y en poco tiempo comenzaron a caer muertas sobre su manto.
Hasta este hecho, la patrona del pueblo había sido la imagen de la Purísima Concepción.
En 1936, con el comiendo de la guerra civil española, numerosas imágenes enseres religiosos del pueblo fueron destruidas.
En 1942, con el dinero recaudado en las procesiones, se realizó una nueva imagen de mayor tamaño que fuese más vistosa, tomando como referencia la pequeña imagen adquirida por Pedro “el auxiliar” y Víctor.
En antaño, la virgen salía en procesión recogiendo los costales de trigo que la gente ofrecía como limosna, esta tradición aún perdura hasta nuestros días ya que, actualmente, la virgen sigue recogiendo limosnas cuando los vecinos la paran de puerta en puerta para subir a los pequeños de la casa o simplemente para contemplarla unos instantes.
La restauración se llevó a cabo por el imaginero madrileño Felipe Torres Villarejo que ha restaurado algunas imágenes como el Cristo de los Alabarderos del Palacio Real de Madrid y ha realizado algunas tallas en la zona como La Piedad de San Clemente (Cuenca) que desfila en Semana Santa.