Karkemish, Carchemish o Carquemís (/kɑːrˈkɛm.ɪʃ/ kar-KEM-ish, en hitita: Kargamiš,[1] en griego antiguo: Εὔρωπος) fue una importante ciudad de los imperios mitanno, hitita y asirio, situada en lo que hoy es la actual frontera turco-siria, conocida por los romanos como Europus.
La antigua Karkemish estaba situada 100 km al noreste de la actual Alepo, en Siria, y 60 km al sureste de la actual Gaziantep, en Turquía, en la orilla occidental del Éufrates, lo que le permitía controlar el principal vado de este río y por tanto la vía comercial desde la costa hacia Anatolia.
Turquía ha construido una base militar sobre las ruinas de Karkemish, lo que impide el acceso libre a la zona.
[1] Estuvo poblada desde el neolítico, convirtiéndose pronto en un importante centro mercantil, mencionado ya en el tercer milenio antes de Cristo.
En 1457 a. C. el ejército del faraón Tutmosis III libró una batalla cerca de Alepo y después tomó Karkemish.
[2] En tiempos de Tiglatpileser, Malatya y Karkemish eran las ciudades luvitas más importantes.
Los textos con contenido sobre todo religioso, informan sobre empresas militares y obras hidráulicas.
El dios de la tormenta, Tarkhundash (o Tarhkuìsh), Karkukhash y Kubabash eran las figuras principales del panteón.
[8] En el año 876 a. C., el rey asirio Asurnasirpal II franqueó el Tigris, recibió al pasar los tributos locales de los estados arameos de Bit Bahiani, Azalla, Bit Adini y Til-Abni, y llegó al Éufrates.
[15] El estado hitita de Karkemish permaneció independiente hasta el reinado del rey asirio Sargón II (722-705 a. C.).
Franqueando por sorpresa el Éufrates atacó por el sur y por el oeste de la ciudad, los puntos más vulnerables.
previamente se había identificado incorrectamente, con la ciudad clásica de Circesio, en la confluencia del río Jabur y el Éufrates.
[21] La investigación arqueológica de Karkemish estuvo en manos del Museo Británico hasta la Primera Guerra Mundial.
[28] En el siglo X a. C., aún gozaba de una situación favorable, determinada por su desarrollo topográfico.
[29] El programa decorativo del templo presenta sustanciales novedades, la principal es que allí se halla prefigurado el arte narrativo asirio que poco después, en Nimrud, alcanzará niveles más complejos de desarrollo.
La decoración que sigue en ángulo al Muro heráldico antiguo fue ordenada por el rey Katuwa.
[31] A comienzos del siglo VIII a. C., el rey Arara mandó construir un contrafuerte para añadir la largo muro procesional.