Posteriormente entró al Seminario Conciliar de Quito, y a los pocos meses, el arzobispo Ordóñez lo envió a Roma para que continúe sus estudios en el Colegio Pío Latinoamericano.
Capellán del Hospital San Juan de Dios.
En 1904 volvió a Roma para estudiar Derecho Canónico y obtener el título de Doctor en dicha materia, y dos años más tarde retornó al Ecuador para iniciar su actividad pastoral como cura vicario de Machachi y Pelileo.
A pesar de su nombramiento inusualmente juvenil como un obispo, que tomó mucho tiempo para él para avanzar más allá.
Su capacidad fue reconocido finalmente después de la Segunda Guerra Mundial por el Papa Pío XII en 1946 cuando se convirtió en Asistente en el trono pontificio.
También fue condecorado por el Gobierno español con la Cruz de Alfonso X el Sabio, al mismo tiempo y en los siguientes años se comenzó a abordar la cuestión de la extrema desigualdad social en América Latina y el problema de las incursiones evangélicas que surgieron en América Latina.
Cardenal de la Torre participó en el cónclave de 1958, pero sus esfuerzos para mejorar la desigualdad social en América Latina fueron rápidamente derrotado por su edad muy avanzada.
En 1962, su salud era tan pobre que no podía, a los ochenta y nueve, ni asistir a ninguna de las sesiones del Concilio Vaticano II, ni el cónclave de 1963.