[1] Tuvo una destacada participación y se ganó el respeto dentro de la iglesia.
[2] Tras presentar su renuncia, en algún momento entre 1878 y 1879, el Papa la aceptó en la tercera ocasión.
Durante su breve etapa como obispo emérito, ejerció su ministerio pastoral en medio de los pobres y sencillos habitantes del campo.
[7] Su decisión fue ratificada por la Iglesia que lo respaldó, siendo incluido en el Index librorum prohibitorum.
En más de una oportunidad el prelado quiteño respaldó ante la opinión pública que los libros condenados simulan un cesto de flores, cuando a su interior esconden veneno.