Obispo emérito

Obispo emérito es el título asignado a un obispo católico en el momento en que deja de conducir una diócesis, tras alcanzar el límite de edad (han llegado a los 75 años o van a cumplirlos en el cargo), por motivos de salud o porque haya transferido a otros, funciones no relacionadas con el cuidado pastoral de una diócesis.

[1]​[2]​ Hasta el Concilio Vaticano II, a los obispos que renunciaban a una diócesis se les asignaba el título de una sede extinta.

Para reflejar las directrices contenidas en el decreto conciliar Christus Dominus,[3]​ el papa Pablo VI publicó el 6 de agosto de 1966 el «motu proprio» Ecclesiae Sanctae con el cual establecía la norma según la cual «todos los obispos diocesanos y a todos aquellos equivalentes en el derecho, a presentar voluntariamente, no más de 75 años de edad, la renuncia de su oficio a la autoridad competente».

El mismo directorio especifica que el título de "obispo emérito" no se aplica a los obispos auxiliares, que ya tienen su propio título.

El "Directorio para el ministerio pastoral de los obispos" especifica los derechos y obligaciones de los Obispos eméritos en relación con: