Unos pocos cantos beneventanos siguieron siendo registrados e interpretados durante un tiempo, sobre todo para las fiestas locales de importancia, como los Doce Hermanos Santos, que no tienen su equivalente en el gregoriano.
Sin embargo, el repertorio de Benevento en su conjunto cayó en desuso.
A muchos cantos beneventanos les fueron asignadas múltiples funciones al ser insertados en los libros de canto gregoriano, apareciendo indistintamente como antífonas, ofertorios y comuniones.
El movimiento melódico es predominantemente por grados conjuntos, con un ámbito limitado, que dan a los cantos un aspecto ondulado.
Al igual que en el rito ambrosiano, un triple Kyrie se cantaba en una melodía sencilla a continuación del Gloria, pero este no era equivalente al Kyrie más complejo del repertorio gregoriano.
Los Aleluyas aparecen en todas las misas, excepto las de Semana Santa.
Muchas antífonas de Benevento tienen salmodia, pero no se puede distinguir ningún estilo beneventano concreto en las fuentes gregorianas en las que sobrevive.
A diferencia del rito ambrosiano, no hay ningún servicio especial para la noche, pero se conservan unas cincuenta antífonas, y cinco responsorios.