Canto ambrosiano

Su origen, y por ende su nombre, se suele atribuir al por entonces arzobispo de Milán, San Ambrosio, aunque no hay evidencias científicas que corroboren dicha relación.

[3]​ Su desarrollo melódico tiende a moverse por grados conjuntos, al igual que lo haría después el canto gregoriano.

Los saltos de mayor tamaño son excepcionales, y cuando se presentan no comprenden intervalos musicales muy amplios.

Las cuatro melodías son melismáticas y todas progresan hasta acabar en un sencillo canto de Kyrie.

El Psamellus sigue a la profecía, la lectura del Antiguo Testamento, y corresponde al Graduale gregoriano.

El Alleluia ambrosiano suelen adaptarse más frecuentemente que los gregorianos, reutilizando melodías para los textos de diferentes festividades.

Durante los períodos penitenciales, el Post Epistolam es reemplazado por el Cantus, que corresponde al Tractus gregoriano.

Las melodías del Cantus provienen de una raíz común, relacionada con los antiguos cantos romanos y beneventanos.

Finalmente, el Transitorium, llamado así porque originalmente incluía el paso de un libro al lado opuesto del altar, corresponde a la Comunión gregoriana.

Muchos textos del Transitorium son traducciones directas de originales griegos, aunque no es demostrable que las melodías fueran bizantinas.

El canto ambrosiano, incluyendo las antífonas de los salmos, no se adapta al sistema modal gregoriano.

Este sistema da como resultado un número mucho mayor de tonos salmódicos en el canto ambrosiano respecto al gregoriano.

El término Lucernarium evocaba a la función original de las vísperas como el momento en que se encendían las lámparas.

Los textos de los Lucernaria suelen contener algunas referencia a la luz, tales como quioniam tu illuminas, paravi lucernam o dominus illuminatio.

San Ambrosio, detalle de mosaico (Iglesia de San Ambrosio, Milán).
Basílica de San Ambrosio en Milán