Canaán
[1] Existen otras denominaciones para referirse a la misma región, o partes de ella, si bien asociadas a las mismas entidades geográficas e históricas, tales como Galilea, Samaria, Judea, Fenicia, Siria, etc.También eran cananeos los fenicios e importantes ciudades que fundaron en el Mediterráneo occidental, como el caso de Cartago.Las explicaciones mayormente aceptadas señalan que su origen etimológico se encuentra en la raíz semítica K-N-ʿ, cuyo significado es «humilde, subyugado, bajo».[5] El texto se puede interpretar que el biblista relaciona la palabra Canaán con bajo o subyugado.Por ejemplo que Jericó sufrió distintas destrucciones por actividad sísmica, al estar enclavada en una línea de inestabilidad tectónica.Pero su posición era estratégica: era un enclave frente al Mediterráneo, y territorio de paso entre las diversas potencias: los egipcios, los asirios, los babilonios, los hititas...Aun así, las destrucciones no suelen ser totales, y los mismos pobladores rehacen las partes dañadas de las ciudades al desaparecer el peligro que las aquejaba.Con los hicsos se introducen, por razones militares, nuevas técnicas en las ciudades; los muros, que ya no eran tan sólidos como en la época anterior, se refuerzan con los característicos glacis hicsos, y las puertas son de tenaza.El comercio florece y no solo de productos manufacturados, sino especialmente de materia prima para la industria artesana: los colorantes para la cerámica, los minerales metálicos traídos desde muy lejos; pero el bronce es usado principalmente para fines bélicos: armas y armaduras.Y dado que el comercio es el motor de esa bonanza, se hacen más numerosas las ciudades.Los israelitas logran con el tiempo dominar todo el territorio, aunque precisamente el antiguo Canaán, la zona costera, será lo último en caer en sus manos.El culto al dios El era propio de los pueblos cananeos en el siglo XXII a. C. Luego se difundiría entre asirios y babilonios.Canaán recibe una maldición de su abuelo cuando Cam su padre, vio a Noé ebrio y desnudo.Durante siglos, el pueblo de Israel lucharía contra la idolatría (los «dioses del materialismo» como El, Baal, Asera...).En las excavaciones se han hallado documentos, prácticamente contemporáneos, escritos en egipcio, acadio, y dialectos semitas cananeos en distintos sistemas de escritura.En general es muy pobre; no hay arquitectura monumental ni preocupación por embellecer los edificios con motivos ornamentales.Los marfiles tallados recuerdan los egipcios, aunque ya se ven influjos mesopotámicos e incluso elementos de los nómadas del desierto.El culto al dios El era propio de los pueblos cananeos en el siglo XXII a. C. Luego se difundiría entre asirios y babilonios.Dadas esas características, para algunos, El era el apelativo con que se designaba por antonomasia a Dagan (dios de los cereales).Los antiguos hebreos habían vivido en Egipto bajo la influencia del culto al dios El (difundido por los hicsos).Una vez en su Tierra Prometida, los hebreos quedaron rodeados de pueblos que adoraban al mismo dios El-Il-Dagan y a su hijo Baal-Hadad-Hammon.Los líderes hebreos justificaban sus guerras de aniquilamiento contra los pueblos vecinos como el único medio para desechar el culto pagano a «los Baales» para servir al Dios único Yahvé, que les permitiría vivir en un ámbito de justicia, verdad, rectitud y compasión, conceptos que los hebreos aplicaban a sí mismos, mientras afirmaban que los pueblos cananeos eran mercaderes acostumbrados al engaño para conseguir riquezas.