Bellos paisajes en un entorno de piedra caliza y clima mediterráneo del interior.
Sus orígenes son oscuros, aunque la zona es de muy antigua ocupación histórica, desde tiempos prerromanos.
Los siglos de la Edad Moderna ven prosperar sus actividades agrícolas e industriales, con famosas tenerías y cordobanes.
Población y riqueza eran suficientes para mantener un hospital y un convento de carmelitas (Nuestra Señora de la Concepción), hoy en ruinas, aunque se conserva una curiosa nevera.
Hacia mediados del siglo XIX, el lugar tenía contabilizada una población de 1539 habitantes.
Había «cuatrocientas sesenta y ocho casas de alquiler habitadas... veintisiete corrales separados y algunos solares o muladares sin incluir casa Ayuntamiento, Hornos, Cárcel, Pósito, Hospital ni Carnicería».
La evolución demográfica desde el siglo XIX fue en sentido marcadamente descendente, como indican los datos siguientes: [5] Las fiestas patronales en honor a la Virgen del Peral se celebran el siguiente domingo al 8 de septiembre.
[8] En ese momento, el autor se autocensuró las verdaderas peripecias que le sucedieron y lo mal que se le recibió, aunque años más tarde las recordaba: Cela volvió a visitar Budia con ocasión del Segundo viaje a la Alcarria en el año 1986, cuarenta años después del primero.