Manuel Catalina

[2]​ Tras abandonar sus estudios de Derecho para dedicarse de lleno al teatro, debutó sobre las tablas en el teatro del Instituto, en noviembre de 1845 con la obra Quiero ser cómico, aunque según su amigo el dramaturgo Eusebio Blasco, ya había actuado en la zarzuela El Duende.

Apuesto y caballeroso, tuvo sin embargo una gran fama de mujeriego, según Blasco en Mis contemporáneos: semblanzas varias plenamente justificada.

En 1848 se trasladó a Barcelona donde puso en escena El amante universal, Un cambio de mano, Cecilia, la cieguecita y El que menos corre, vuela.

De regreso a España emprendió su actividad como empresario teatral en el Teatro Español (que fue restaurado en ese periodo)[4]​ aunque continuó, no obstante, su carrera como actor, trabajando en el Teatro de la Zarzuela en 1866 y 1867.

También cultivó una especial amistad con el pintor Manuel Castellanos, "sin cuya presencia y conversación no sabía hacer nada".

El actor Manuel Catalina, retratado por su gran amigo el pintor Manuel Castellano
El actor Manuel Catalina (en su necrológica).