El resultado es un espécimen que preserva el animal casi como se habría visto en vida, sin aplanar o encogerse.
[3] El 23 de marzo, el científico del Museo Real Tyrrell Donald Henderson y el técnico senior Darren Tanke fueron llevados a la mina en un jet de Suncor para examinar el espécimen, el cual, basándose en fotografías, se esperaba que fuera un plesiosaurio u otro reptil marino.
[3] Henderson se sorprendió al encontrar una identificación correcta hecha en el sitio por Tanke de que era un dinosaurio anquilosaurio y no un reptil marino.
El personal del museo intentó salvar el espécimen envolviendo y estabilizando las piezas en yeso y logró transportar con éxito el espécimen al Museo Tyrell, donde el técnico Mark Mitchell pasó cinco años preparando el fósil para estudio, patrocinado por la National Geographic Society.
[1][6] Sauroplites scutiger Mymoorapelta maysi Dongyangopelta yangyanensis Gastonia burgei Gargoyleosaurus parkpinorum Polacanthus foxii Peloroplites cedrimontanus Sauropelta edwardsi Nodosaurus textilis Tatankacephalus cooneyorum Silvisaurus condrayi Animantarx ramaljonesi Hungarosaurus tormai Europelta carbonensis Pawpawsaurus campbelli Borealopelta markmitchelli Struthiosaurus austriacus Stegopelta landerensis Panoplosaurus mirus Edmontonia rugosidens Edmontonia longiceps Denversaurus schlessmani El ejemplar de Suncor de Borealopelta se preservó en las areniscas y esquistos marinos del Miembro Wabiskaw de la Formación Clearwater, los cuales se depositaron durante la época del Albiense del Cretácico Inferior, hace unos 112 - 110 millones de años.
[1] El cuerpo de Borealopelta debe haber sido arrastrado por las olas hacia el mar, quizás durante una inundación.
El cadáver hinchado flotó, posiblemente durante semanas, hasta que reventó y se hundió.
[2] Aterrizó en el lecho marino sobre su espalda con la fuerza suficiente como para deformar de inmediato los sedimentos subyacentes.
Una concreción de siderita comenzó a formarse alrededor del cadáver poco después de que llegara al lecho marino, lo cual evitó que fuera devorado y preservó el cuerpo intacto, con sus escamas y osteodermos en su configuración original.