El mar fue creado cuando las placas del Pacífico y de América del Norte colisionaron, dando lugar a las Montañas Rocosas en el oeste.[1] En el sur, el golfo de México fue una extensión del mar de Tetis, que se unió con el Mar Mowry a finales del Cretácico, para formar por completo el mar interior de Norteamérica.En su mayor apogeo, el mar se extendía desde las Montañas Rocosas hasta los Apalaches en el este, con unos 1000 km de anchura y su mayor profundidad de 800 a 900 metros, poco profundo en términos de mares, lo cual causaba un gran impacto en la flora y fauna.La deposición de carbón sugiere que el mar era cálido y tropical, con abundantes algas calcáreas.Entre los fósiles descubiertos destacan sobre todo los reptiles marinos como mosasaurios y plesiosaurios, también grandes peces depredadores como Xiphactinus y tiburones gigantes como el Cretoxyrhina Al final del Cretácico, se alzó una elevación continua del terreno encogiendo el mar y retirando todas sus aguas a largo plazo.