Bobina de inducción

[1]​[5]​ Para crear los cambios de flujo necesarios para inducir tensión, la corriente directa en la bobina del primario era interrumpida periódicamente a través de un contacto mecánico conocido como oscilador.Al cortarse la corriente (abertura del circuito primario) es cuando la tensión inducida es más elevada y produce una chispa entre los bornes esféricos situados en G. La formación de la chispa se traduce en la producción en el circuito de una serie de oscilaciones eléctricas amortiguadas cuyo período fue calculado en 1853 por William Thomson.Para producir chispas permanentemente, fue suficiente para Ruhmkorff controlar el paso de la corriente que circula por el primario con la ayuda de un oscilador, un sistema interruptor puesto a punto por el alemán Christian Ernst Neef.El operador maneja un pulsador idéntico al del telégrafo convencional, con el que genera señales en código Morse, que se recibían en las estaciones receptoras dotadas de las correspondientes antenas.Las bobinas de inducción modernas que se utilizan para propósitos educativos utilizan la vibración del oscilador mecánico tipo "martillo" descrito anteriormente, con chispas de hasta unos 20 cm.[1]​ El mercurio se recubría con alguna sustancia para extinguir el arco rápidamente, constituyendo un procedimiento de conmutación más rápido y resistente a la degradación.[8]​ La bobina de inducción fue inventada por el médico estadounidense Charles Grafton Page en 1836[9]​[10]​ y, más tarde, de forma independiente por el científico irlandés y sacerdote católico Nicholas Callan el mismo año en el St.[15]​ Las primeras bobinas tenían interruptores operados manualmente, inventados por Callan y Antoine Philibert Masson (1837).James William MacGauley (1838) de Dublín, Irlanda,[9]​[19]​ Johann Philipp Wagner (1839), y Christian Ernst Neeff (1847).[1]​[20]​[21]​ Hippolyte Fizeau (1853) introdujo el uso del condensador para amortiguar las ondas producidas.[1]​[22]​[23]​ Heinrich Ruhmkorff consiguió generar voltajes más altos aumentando en gran medida la longitud del secundario[1]​ en algunas bobinas utilizando hasta 10 km de alambre, produciendo chispas de hasta 16 pulgadas.
La bobina de inducción de Ruhmkorff
Diagrama esquemático
Esquema eléctrico del uso de una bobina de Ruhmkorff en un emisor de radiotelegrafía
La primera bobina de inducción construida por Nicholas Callan en 1836