Los rayos de luz violeta se utilizaron a comienzos del siglo XX en un antiguo procedimiento médico obsoleto denominado electroterapia.
Su construcción normalmente presenta una combinación de una bobina con un oscilador para aplicar corrientes de alto voltaje, frecuencias elevadas e intensidades bajas al cuerpo humano con propósitos terapéuticos.
Durante la Segunda Guerra Mundial la mayoría de estas compañías se dedicaron a fabricar bobinas para equipos de radio y otros componentes eléctricos para el ejército.
Tratar la espina dorsal y sujetar el electrodo en la mano.
La compañía fue sometida en 1951 a un pleito en Marion, Indiana, y los dispositivos fueron decomisados por la FDA.
Otro dispositivo similar denominado "High Frequency aesthetic machine", que opera con circuitería electrónica, es actualmente utilizado en salones de belleza por su capacidad de oxigenar la piel.