La copa es más o menos aovada, hojosa, pero de poca sombra, con las ramas casi erguidas.
Los nervios son rectilíneos, y llegan a alcanzar el margen foliar (diferencia con Populus nigra).
Florece a finales del invierno, estando los amentos masculinos ya formados en otoño.
El fruto es una sámara bialada, con alas más anchas que la propia nuez; se desprenden en grupos de 3 junto a la bráctea.
No suele sobrepasar mucho más de los 120 años, con crecimiento rápido al principio.
Aceite esencial (1%): monotropitósido (90%) que se hidroliza en salicilato de metilo; triterpenos: ácido betulínico, betulinol.
Tanino (9%), saponinas (3%), ácido nicotínico (5%) y ciertas agliconas como la miricetina (llamada también miricitrina).
Los taninos contenidos en la corteza son responsables de la acción astringente (antidiarreico, hemostático local); la savia tiene un efecto diurético y analgésico.
En uso tópico: cicatrización de heridas, celulitis, eczemas, psoriasis, alopecia, vulvovaginitis, cervicitis.
Por su contenido en salicilatos, aunque están presentes en escasa proporción en la planta, se aconseja tener una especial precaución a la hora de prescribir extractos concentrados a pacientes con trombocitopenia, hemorragias activas o que estén siguiendo tratamientos con hemostáticos o anticoagulantes.
Tener en cuenta el contenido alcohólico del extracto fluido, tintura y jarabe durante el embarazo, la lactancia, en pacientes con gastritis, úlceras gastroduodenales, síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa, hepatopatías, epilepsia, Parkinson u otras enfermedades neurológicas.
Cuando convenga alcalinizar la orina, se puede añadir 1 g de bicarbonato sódico, cuando la infusión esté a 40 °C.
Decocción de corteza o yemas (febrífugo): 5 g/taza, hervir 5 minutos, tres tazas al día, entre comidas.
Jugo fresco (savia): 1 a 3 cucharadas soperas (15 ml) al día, diluido en infusión, agua o zumo.
[4] Betula pendula fue descrita por Albrecht Wilhelm Roth y publicado en Tentamen Florae Germanicae 1: 405.