Las fuentes más detalladas sobre la batalla, las sagas reales,[nota 2] se escribieron aproximadamente dos siglos después de la misma.
En la historia más antigua registrada, Noruega se encontraba dividida en diversos reinos, pequeños y en ocasiones en guerra entre sí, con una débil autoridad central.
Harald se había convertido al cristianismo y estaba ansioso por cristianizar Noruega, mientras que Håkon continuaba siendo un acérrimo pagano.
[4] En 995, Håkon fue depuesto y el joven líder cristiano Olaf Tryggvason ascendía al trono.
Sin embargo, el rey se granjeó muchos enemigos durante su meteórica ascensión al poder.
[8] Esto se mantuvo en las sagas islandesas posteriores Fagrskinna y Heimskringla (hacia 1220), las cuales añadieron citas de versos escaldos.
Tres poemas islandeses escritos en torno a 1200 también poseen cierto interés histórico: Nóregs konungatal, Rekstefja y Óláfsdrápa Tryggvasonar.
Hallfreðr no estuvo presente en la batalla, pero agregó informaciones sobre la misma con posterioridad para una loa sobre Olaf.
También se preservaron algunos versos sobre la batalla en la elegía de Þórðr Kolbeinsson sobre Eirik, probablemente compuesta hacia 1015.
Finalmente, Skúli Þórsteinsson luchó junto a Eirik y habló de la batalla en unos versos redactados en su vejez.
[10] Aunque los historiadores valoran mucho la poesía escalda como la fuente más precisa disponible, debe tenerse en cuenta que los poemas no se han preservado de manera independiente, sino como citas en las Sagas reales.
Asimismo, los poetas escaldos no tenían como objetivo prioritario el transmitir información, sino presentar artísticamente los hechos ya conocidos por los oyentes.
[11] Los historiadores generalmente recurren a los relatos menos confiables pero más detallados de las sagas.
Enfurecido, Olaf lanzó una expedición para atacar a Dinamarca, pero fue muy impaciente para esperar a que se reuniera una flota conjunta de toda Noruega e inició un viaje hacia el sur solamente con once navíos, esperando que el resto le siguieran.
Cuando se constató que ninguna flota más le seguía, puso rumbo hacia Wendland (Pomerania) con el objetivo de buscar aliados.
Tanto si los detalles son exactos como si no, está claro que Svend, Olaf de Suecia y Eirik poseían numerosas razones para oponerse a Olaf I de Noruega.
Las fuentes nórdicas coinciden en que Olaf I luchó contra fuerzas proporcionalmente muy superiores en la batalla.
Nosotros no temeremos esa fuerza porque los daneses nunca alcanzarán la victoria luchando en navíos.»[40] Asimismo, Olaf subestimó a los suecos con una referencia a sus costumbres paganas: Solamente cuando Olaf I avistó el contingente de Eirik Håkonsson se dio cuenta de que estaba a las puertas de una dura batalla, ya que «son noruegos como nosotros».
La disposición adoptada en la batalla fue una ya recurrente en muchos enfrentamientos marítimos de la Edad Media, en los cuales la flota tenía que luchar a la defensiva.
Como ventajas de esta disposición, las manos quedaban libres para la lucha, se podían formar barreras con los remos y las vergas, y se limitaba la capacidad del enemigo de hacer valer su superioridad en número.
[50] Tras su fuga, Olaf supuestamente buscó la salvación de su alma en el extranjero, quizás uniéndose a un monasterio.
Heimskringla presenta el relato más detallado de la división, y la describe como hecha en tres partes.
Olaf de Suecia recibió cuatro distritos en Trondheim, así como Møre, Romsdal y Ranrike.
Entregó estas posesiones al Jarl Sveinn Hákonarson, su yerno, para mantenerlo como vasallo.
Svend I pasó a poseer el distrito de Viken, donde la influencia danesa era fuerte desde hacía mucho tiempo.
[52] Fagrskinna, en contraste, afirma que la zona sueca estaba compuesta por Oppland y una parte de Trondheim.
Mesta dice: En Islandia, donde las sagas reales continuaron copiándose y estudiándose, la batalla influyó en la imaginación de diversos poetas.
En 2002, la banda Týr lanzó una versión rock abreviada de la misma, con bastante éxito en el extranjero.
[60] Posteriormente, Bjørnstjerne Bjørnson escribió un conocido poema corto, Olav Trygvason, sobre la caída del rey.
[62] La batalla también inspiró creaciones artísticas fuera de Escandinavia, como un volumen manga realizado por la japonesa Ryō Azumi.