Avileña-negra ibérica

En estas sierras hay dehesas que son aprovechadas por este ganado desde fines de la primavera hasta el otoño.

[2]​ Es criterio general atribuir esta raza al bos taurus ibérico,[2]​ que se formó en el sistema montañoso del centro peninsular.

De entre todos estos núcleos se destacaron los situados en la sierra abulense, que fundidas entre sí dieron lugar a la raza avileña, quedando el resto de las poblaciones como raza serrana.

[2]​ Como área principal, se localiza en las áreas montañosas de Ávila y provincias limítrofes, como Madrid, Toledo, Cáceres, Segovia e incluso Burgos, en las sierras de Gredos, Villafranca, Piedrahíta, la Paramera, La Serrota, Guadarrama, Somosierra, Demanda, Béjar, etc.

Por su censo destacan las provincias de Ávila, con unas 60.000 cabezas, Cáceres con 28 000 y Segovia con 12.000.

[2]​ Dentro de la variedad avileña-negra ibérica se pueden considerar dos variedades, la que nos ocupa (también llamada piedrahitense), y l bociblanca (también llamada barqueña), que se diferencian en su capa y ligeramente en su conformación.

En las hembras se admite el descornado artificial previa declaración a los servicios del Libro Genealógico.

Las degradaciones del color, al igual que la orla, son raras en la variedad piedrahitense, mientras que son típicas en la barqueña y lo eran en los individuos de la población antes denominada negra ibérica.

Actualmente los tipos comerciales producidos son el "ternero pastenco" y el añojo.

Lógicamente, estos porcentajes aumentan en cruce industrial con charolesa o limusín.

Los animales están en pastoreo exclusivo, nunca se estabulan, alimentándose a base de recursos naturales y recibiendo raciones suplementarias de heno o paja únicamente cuando las condiciones climáticas son extremas.

[3]​ Una de sus cualidades más apreciadas es la rusticidad, imprescindible para soportar las duras condiciones climáticas del medio montañoso en que se explota y la deficiente e irregular alimentación a lo largo del año, Además, es una raza caminante, lo que le permite no solo hacer largos recorridos diarios en busca del alimento por la accidentada orografía de su zona de ubicación, sino también los largos desplazamientos de la trashumancia.

En cuanto a sus características reproductoras, destacan su fertilidad, que alcanza índices superiores al 80% cuando la alimentación es adecuada, así como su facilidad de parto y su acentuado comportamiento maternal, defendiendo a sus crías ante cualquier depredador.

Dispone de libro genealógico desde el año 1970, legislación que fue actualizada en 1977 y, finalmente, en 1980, para denominarla, como se ha señalado avileña-negra ibérica.

Avileñas pastando en la Sierra de Ávila
Rebaño pastando ( Sierra de Villafranca ).
Rebaño descansando en la rastrojera ( Garganta del Villar ).
Reses trashumantes pastando en La Serrota .
La avileña resiste la dura climatología de montaña.