La cápsula articular está formada por una capa externa, la cápsula articular, que mantiene los huesos unidos estructuralmente, y una capa interna, la membrana sinovial, que sella el líquido sinovial.
Un daño en éste se produce en una fractura de Gosselin.
En la artritis reumatoide, las manifestaciones clínicas son principalmente la inflamación sinovial y el daño articular.
Los sinoviocitos similares a los fibroblastos, células mesenquimales altamente especializadas que se encuentran en la membrana sinovial, tienen un papel activo y destacado en los procesos patógenos de las articulaciones reumáticas.
[15] Las terapias que se dirigen a estas células están surgiendo como herramientas terapéuticas prometedoras, lo que hace esperar futuras aplicaciones en la artritis reumatoide.